No queda claro si lo que sigue es agradecer. Muchos de los comentarios que hizo el domingo (y que ha hecho a lo largo de su carrera) son dañinos porque normalizan conductas violentas y/o discursos erróneos. Como sociedad nos ha costado mucho trabajo establecer las consecuencias aceptables y pertinentes para las celebridades cuando utilizan su plataforma para favorecer ideas sin haberse informado antes, o cuando sus propias conductas y acciones son violentas. Sin embargo, hay que reconocer que cada vez que le pedimos a una persona famosa que dé su opinión en temas que van fuera de su área de expertise, y después utilizamos lo que sea que dijo para sostener nuestras propias posturas personales, estamos alentando ese comportamiento.
Está bien pedir opiniones, pero en un mundo de posverdades cada vez es más importante saber diferenciar entre una opinión y un hecho, y de quién obtenemos cada uno. La mejor parte de ser el público es que nos toca decidir qué es relevante y quién es relevante. En las palabras de una de las celebridades más importantes de la historia: “al César lo que es del César”.
Vivimos en una época en la que la cultura de la celebridad ha alcanzado su máximo. Hoy más que nunca, tenemos a nuestro alcance alguna opinión sobre cómo vivir mejor nuestras vidas, sacarle más provecho a nuestros talentos, alcanzar estatus y popularidad. Incluso, encontramos opiniones acerca de temas sociales y políticos. En la era de influencers y celebridades globales, es importante que nos detengamos a cuestionar hacia dónde estamos llevando a la sociedad como un todo; cuáles son los valores que estamos admirando como sociedad y si estamos dispuestos a aceptar las posibles consecuencias.
Los adultos grandes siempre dicen que antes todo era mejor porque la vida privada de uno era, precisamente, privada. Haber crecido con el internet sí nos ha cambiado. Ahora la web es nuestro diario privado, y los contenidos de un diario son información. Todo aquello que nos interesa y que replicamos de algún modo en internet habla del valor que le asignamos a ese tema. Los medios digitales (y los análogos cada vez más) ya toman trending topics o hashtags como titulares. Las campañas de activismo son posts en Instagram. La diferenciación ya no es entre el mundo real y el ficticio, sino entre el mundo digital y físico. Los dos coexisten y conviven, igualmente consecuentes y tangibles.
Ojalá que Kanye de verdad se dedique a la música y cierre su cuenta de twitter de la manera más pronta. En cualquier caso, hace mucho rato le di unfollow.