De colaboradores en este álbum tenemos a dos fuertes potencias en la industria, Young Thug, quien le da su propio estilo elegante y cruel al tema Rich Nigga, y Drake en la canción Mr. Right Now; aquí, él adopto la actitud que el álbum transmite y se dejó llevar por la locura al escribir sus líneas creando el mayor caos que pudo, robándose toda la atención cuando mencionó que tuvo de pareja a la artista de R&B, SZA, hace más de 10 años.
Sin duda, lo mejor de aquí son los beats producidos por Metro Boomin; son innovadores, finos, concretos, profundos, simplemente joyas de sonido clásicas que lo caracterizan y lo hacen único en la industria, los cuales hacen recordar a su álbum de 2018 NOT ALL HEROES WEAR CAPES y a varias producciones más que lo convierten actualmente (y quizá por mucho tiempo) en uno de los productores top del género.
Sin embargo, la vara que habían puesto en Savage Mode no ha sido superada, se queda igual. Y el responsable de esto es el rapero. En cuanto a la producción, Savage Mode 2 tiene lo suficiente para explotar, pero si escuchas cosas como Runnin, todo se viene abajo con el estilo que 21 les da a sus líneas, lo cual se repite en varias ocasiones a lo largo de este proyecto donde se siente a un 21 Savage fuera de viaje en el que Metro Boomin ha logrado llegar más lejos. De las mejores canciones aquí son Glock in my Lap y No Opp Left Behind, de ahí en fuera, la temática del rapero es sencilla, pero contundente; la ejecución en estilo de estos versos está en el promedio, la producción es hermosa y poco más de lo mismo es lo que se puede encontrar en el álbum.
No es un mal álbum, ni un gran álbum, solamente un disco gemelo de su hermano en el pasado, aun así haya nacido tiempo después que el primero, y tal como una madre lo haría, quiere a los dos por igual.